El amor hacia uno mismo. El dolor del Ego. Cómo somos capaces de traicionar para ser mejores, para ser reconocidos, para ser amados. Una pasión tan obsesiva que fulmina los obstáculos con derrotados zarpazos. Una emoción llevada al extremo en la que la forma más racional de supervivencia es la Traición. Buscamos en la traición una forma de ser amados, de evitar el olvido porque lo más jodido es el olvido. Un mundo que se va desmoronando mientras las víctimas se esconden en los refugios más absurdos. Uniformes que ocultan la evidencia, la debilidad. La deformación de la ceremonia, la construcción y desconstrucción del ritual, Caín y Abel… Perfidia plantea un desmoronamiento constante en todos los sentidos: el espacio se descompone, la música desaparece, el vestuario se desprende hasta que solo queda la confesión de la piel de los personajes.